Aquí acaba el sueño. Estoy triste, no os engañaré, decepcionado; quizás, pero orgulloso de mi equipo como hacía tiempo que no estaba. No entraré en valoraciones futbolísticas pues creo que es más que innecesario en estos momentos. Si bien, cualquiera que haya visto el partido sabrá que el Athletic merecía ganar, pero este deporte poco entiende de merecimientos. Y es que el cuadro bilbaíno, si hablamos de justicia, es quizás uno de los equipos que más ha sufrido en los últimos años. Sin embargo, como decía antes, el fútbol es como la vida misma, a veces no es justo, y es por el romanticismo que lo rodea, la razón del amor que le procesamos.
Athletic Club, hoy te quiero más que hace un año en Valencia, más que hace dos en la Cartuja, más que en el Camp Nou, más que en el Calderón, más que en Bucarest, más que ayer,más que nunca. Hoy pusimos todo de nuestra parte para vivir una noche grande, la villa entera se volcó con el equipo, los jugadores se entregaron al máximo, un estadio dejándose el alma con 100.000 pulmones respirando a todo tren y 50.000 corazones latiendo rojo y blanco. Era el caldo de cultivo perfecto para lograr el principio de algo grande, de permitirnos soñar y dar por fin una completa alegría a nuestra tan maltratada afición. Por desgracia, no fue posible.
Días como hoy, paradójicamente, le doy gracias a mi padre y a mi abuelo por hacerme del Athletic, por enseñarme que no todo en la vida es el qué, sino el cómo. Y que has de luchar por tus objetivos sin perder tu esencia, como el Athletic lo hace año tras año sin renunciar a sus ideales ni a su filosofía.
Muchos se preguntan, ¿ahora qué?. Quizás seamos inocentes, o incluso inconscientes como dicen algunos, pero nos da igual. Seguiremos apoyando al equipo lo que resta de temporada, así como el resto de nuestras vidas. Pues el Athletic, es mucho más que fútbol, incluso es mucho más que una ciudad o una provincia. El Athletic es una forma de vivir, una cuestión de familia. Es por eso, que la afición debe seguir estando a la altura. Es fácil estar en las buenas, pero difícil en momentos duros como esta noche, aunque por desgracia son bien conocidos para nosotros.
Será duro pasar por la Ría y seguir imaginando cómo sería disfrutar de un título copero con el Athletic, pese a todo , y parafraseando a mi compañero Iker, mañana Bilbao amanecerá como siempre. Pero cuando los primeros rayos de sol no iluminen todavía San Antón, se volverán a ver camisetas zurigorri dándole color a la villa bilbaína, enseñándole al mundo una vez más, que somos diferentes.
Por todo esto y mucho más, te quiero Athletic.