Hoy cumple años Iñaki Williams. 29 para ser exactos. Iñaki se ha convertido, sin duda, en uno de los mejores jugadores del Athletic en la era reciente del club, batiendo récords y entrando de lleno en la historia del equipo. Williams se ha caracterizado por su amor al club, por ser fiel al escudo y los colores y sacar la bandera del Athletic allá donde va. Su forma de ser, tan entrañable a la vez que cercana, le han convertido en uno de los favoritos de la afición y un icono en el equipo y en el mundo del fútbol. Pero su aportación al Athletic va más allá del carisma. Hoy, para homenajear su 29 cumpleaños, repasamos su trayectoria en el club.
De joven promesa a estrella
Corría la temporada 12/13 y ya se rumoreaba que había un joven jugador de raza negra en el juvenil del Athletic que apuntaba muy alto. De hecho, con 18 años era parte de aquel equipo que jugó la Youth League en edad juvenil. La temporada siguiente la empezó con el Basconia, pero iba intercalando los partidos con el Bilbao Athletic y acabó la temporada con el primer filial ‘rojiblanco’. A esas alturas ya se hablaba mucho de él, y cuando ya se hizo un nombre en Lezama, surgía la pregunta que siempre surge: “¿cómo va a jugar en el Athletic si es negro?. Bueno, su nombre da muchas pistas del posible motivo, pero, a parte del nombre que puede ser una simple casualidad, Iñaki, a pesar de ser hijo de migrantes africanos (de Ghana, concretamente) nació en Barakaldo, en el hospital de Cruces, y creció en Navarra.
Al año siguiente ya se volvió un fijo en las alineaciones del Bilbao Athletic, y esa misma temporada consiguió llegar al primer equipo. Debutó con el Athletic el 6 de diciembre de 2014, como titular, en San Mamés, en un partido de liga contra el Córdoba. Un joven Iñaki con el 30 en la espalda y lleno de emoción debutaba con el equipo de su vida, pero la fortuna le fue esquiva, ya que el partido acabó 0-1 con derrota local e Iñaki sustituído en el descanso. Su primer gol no llegaría hasta febrero, en el partido de ida de los dieciseisavos de final de la Europa League contra el Torino. Marcó gol en el minuto 9 de partido, aunque el partido acabaría 2-2. Como ya ha contado él en alguna ocasión, cuando marcó gol no sabía ni como reaccionar, e instintivamente comenzó a gritar “¡he metido gol, he metido gol!”, convirtiéndose en el primer jugador negro en marcar en la historia del Athletic Club.

Desde aquel debut contra el Córdoba, Williams ya acumula 382 partidos con el primer equipo, 86 goles y 41 asistencias repartidos en 9 temporadas (según la página oficial del Club). A pesar de ser todavía joven como para pensar en el retiro, su continuidad desde la 15/16 en el equipo le sitúan como el 25º jugador con más partidos en la historia del club, y solo el tercero de los que aún siguen en activo (por detrás de Muniain y De Marcos, con 534 y 498 respectivamente). Además, tan solo 21 jugadores en toda la historia del club han marcado más goles que él, estando en la lista de máximos anotadores por delante de futbolistas como Argote, Muniain, Raúl García o el mismísimo Rafael Moreno “Pichichi”.
Esta temporada ha tenido que echarse al equipo a las espaldas, y por primera vez desde la 18/19 ha superado la barrera de los 10 goles en liga (con 10 goles, precisamente). Es su segunda mejor marca desde la mencionada 18/19. Ha sido el máximo goleador del equipo junto a Sancet, también con 10. Además, ha sido el tercer máximo asistente, por detrás de Óscar De Marcos y de su hermano Nico (aunque solo ha hecho 3).
En sus 9 temporadas ha conseguido dos títulos de Supercopa de España. También ha sido partícipe de grandes hazañas, como llegar a dos finales de copa consecutivas o haber batido el récord de más partidos disputados de manera ininterrumpida en la primera división española, con 251. Fuera de los terrenos de juego, se volvió un referente en lo que respecta al racismo después de haber recibido insultos y faltas de respeto con carácter racista hace unos años en el campo del Espanyol. Williams siempre ha sido muy tajante con este tema y siempre ha defendido los derechos de los futbolistas negros y ha denunciado cualquier actividad racista contra compañeros y rivales. En las últimas dos temporadas ha formado una pareja de ataque que ha dado mucho al equipo junto con su hermano pequeño Nico, internacional español. Aunque su relación en el campo es especial con todos sus compañeros, se denota una conexión muy cercana con Iker Muniain, con el que protagonizó el famoso vídeo de “¡tamo’ activo’!”.

A pesar de haber sido convocado por la selección española en 2016, el año pasado Williams decidió representar a Ghana, al país de sus padres, en el Mundial de 2022, por donde pasó sin pena ni gloria. Aún así tanto él como su familia se mostraron muy orgullosos de haber unido los lazos entre la nueva generación de los Williams con sus antepasados y sus raíces. Su hermano, sin embargo, y aunque se rumoreó que había recibido también la llamada de la selección ghanesa, es un habitual en las listas de la absoluta española.

Muchas veces se ha puesto en el punto de mira su rendimiento. Nadie sabría decir si es un extremo o un delantero. Aunque es muy rápido, la gente critica su mala toma de decisión en momentos importantes y la falta de calidad y muchas veces de gol, fallando goles clarísimos, aunque haya callado muchas bocas con auténticos golazos como el que le metió al Espanyol haciendo un “sombrerito” a un defensa, la carrera contra el Sevilla o el golazo por la escuadra contra el Barça en la Supercopa. Sin embargo, lo que nadie puede criticar es su dedicación al club, a los colores. Nunca ha puesto una mala cara, nunca ha estado envuelto en ninguna polémica, siempre ha sido partícipe de todas las buenas acciones del club, es un jugador que todos los rivales respetan e incluso admiran… Tiene la actitud que cualquier entrenador querría que tuvieran todos los jugadores. Un futbolista que prácticamente nunca se ha lesionado y con el que puedes contar siempre, que puede jugar tanto en punta como por cualquiera de los flancos, que nunca escatima en el esfuerzo, que deja a todos con la boca abierta llegando a balones que muchos ni habrían intentado… Muchos quieren compararle con su hermano Nico, a ver quién es mejor, quién regatea mejor, quién es más rápido… Sin embargo, Iñaki ha demostrado que, por ser como es, con su carisma y la felicidad que transmite, así como los valores que inculca a los más pequeños (y a los grandes también), merece que se le trate como la leyenda que es (y va a seguir siendo) en el Athletic.