Licencia para ilusionar

Por Iker del Hierro Oct 5, 2022

C’est fini. Se acabó. Ya no queda ninguno de esos siete primeros partidos que se predijeron a finales de junio y que hicieron la boca agua de todos los athleticzales. Esos partidos fáciles, asequibles, “los que hay que ganar” vinieron y se fueron. Por el camino han dejado 16 puntos de 21 posibles y 16 goles a favor por sólo 4 encajados. De Marcos dijo allá por pretemporada que ya nos conocemos por Bilbao y que muchas veces damos puntos por ganados sólo por la talla del rival y muchas veces, también, nos damos de bruces con la realidad, pero, en esta ocasión, la realidad dice que el Athletic es el tercer clasificado de la liga y que sólo tres puntos los separan de los dos transatlánticos.

En estas siete jornadas se ha constatado que el equipo de Valverde puede, quiere y sabe jugar al “Rock’n’roll” que Uriarte y compañía predicaron durante la campaña electoral. No hay respiro para el rival en los primeros compases de cada choque, asfixiando a los jugadores rivales con una presión muy alta y oxigenando a los propios con la acumulación de jugones por el centro. Es tal la calidad que está mostrando el equipo, que hasta futbolistas habituales del punto de mira de la afición han decidido mostrarse mejor que notables en este arranque de temporada, siendo que ahora los nombres Lekue, Dani García y Vesga no levantan cejas sino ánimos partido tras partido. La mayoría de los jugadores se quieren sumar a esta propuesta de juego que decían gustaba en San Mamés ¡y vaya si nos gusta!

Pero, por supuesto, sabemos que en seguida aparece esa gente que busca la parte negativa de todo. Resulta que, en este tiempo de ilusión, altamente contagiosa, en seguida aparecen los de siempre, equipados con la vacuna del cinismo y la desconfianza. Estos “amarrateguis emocionales” prefieren agarrarse a cualquier excusa para no ilusionarse ellos ni permitir que los de su alrededor lo hagan.

Son estos sosos de profesión, a menudo disfrazados de amigos, compañeros o contertulios, los que sacan pecho por su complejo de crítico de cine francés, donde nada les gusta, poco les satisface y hace años que le cuesta esbozar una sonrisa sincera, porque no hay excusa: este equipo ilusiona. Este fútbol gusta. Y los problemas del pasado referentes al gol o a la consecución de puntos son, al menos de momento, cosas del pasado.

Esto no significa que el Athletic vaya a ganar la liga, se vaya a clasificar para la Champions League, ni siquiera que vaya a entrar a Europa; lo que todo esto quiere decir es que hay gente que ni disfruta, ni deja disfrutar, porque no hay absolutamente ni una razón para no estar ilusionado. Eso sí, si en el futuro, como esperamos, el Athletic acaba por conseguir los objetivos fijados o incluso llegando a cotas más altas, serán los primeros en querer sumarse al carro y, por supuesto, estaremos encantados de recibirles, porque en el fondo los que más disfrutamos de las temporadas de fútbol somos los que nos ilusionamos. Entre tanto, al fútbol le dan igual nuestras opiniones, vicios y virtudes. El fútbol no regala nada. El deporte rey da a quién lo práctica, no a quién lo especula. Y la única certeza es que ahora volvemos a ver fútbol y del bueno en San Mamés. En seguida empezará este escarpado mes de octubre en Bilbao, donde nos vendrán a ver los cocos y, dando la razón a nuestros amigos pesimistas, ahí se verá de qué está hecho y hasta dónde puede llegar el club del botxo. Ahora bien, no duden que si fuesen los próximos cinco rivales los que ya se hubiésemos enfrentado y manejásemos una renta favorable, estas mismas personas argumentarían que el motivo de nuestras victorias es la orientación ofensiva de los “equipos de arriba” y que a los que deberíamos temer son los pérfidos “equipos de abajo” que vienen a Bilbao a encerrarse y contra eso no ganaremos.

Ahora recibiremos al Atlético y Villarreal, e iremos de visita a casa del Sevilla, del Barcelona y del nunca fácil Getafe. Y sí, se aprecia la dificultad, pero todos esos rivales (salvo el del sur de Madrid), serán equipos que se están batiendo el cobre en competiciones europeas, mientras nuestros presumibles rivales por la zona europea siguen empeñados en dejarse puntos por el camino.

No sabemos cómo va a acabar este Athletic. Lo que sí sabemos es que ha empezado como un tiro, que pretender jugar al fútbol y que quiere atacar y seguir atacando aun cuando el marcador ya es favorable. No podemos pedir más… bueno, sí: Europa. Pero desde luego éste es el camino para pasear de nuevo por el viejo continente.

Los jugadores están enchufados, San Mamés está encendido y el Athletic de Valverde se ha ganado la licencia para ilusionar. Y ahora, con toda la liga por delante y absolutamente todo por decidir, no es el momento de hacer cuentas, ni de ser realistas. Es el momento de pensar, de soñar y de ilusionarse; porque con la convicción no es suficiente, cierto, pero nunca se ha conseguido nada sin imaginarlo antes. No permitamos que nada ni nadie nos diga que no debemos ilusionarnos.

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