Acabó la pretemporada y ahora empieza lo bueno. La liga 2024-25 arrancará con el debut liguero de la catedral, tras este verano tan movido con todas las noticias malintencionadas sobre Nico. Temas extradeportivos al margen, debemos centrar la mirada en el rendimiento deportivo de nuestros muchachos entre julio y lo que llevamos de agosto. Los resultados han sido (como poco) mejorables, al igual que hace un año, y ya sabemos cómo terminó la temporada.
Lo importante es confiar en que Valverde y su equipo deportivo haya logrado encajar los mimbres de esta plantilla para adaptarla a su idea de juego. En el verano de 2022 el Txingurri tenía un plan, en 2023 otro y este verano quiere seguir apostando por una intensidad alta en la presión, pero usando la polivalencia de sus jugadores de ataque para hacer que las ofensivas del equipo sean menos previsibles. En fin, los matices del entrenador que nos ha vuelto a hacer txapeldunak.
Lo cierto es que, a pesar de los resultados negativos, se respira ilusión por Bilbao. No es para menos, siendo que la próxima temporada va a ser la de la vuelta a Europa y la primera en la que el Athletic defenderá su título de campeón de Copa en 40 años. Además, la dirección deportiva del club, con Mikel González a la cabeza, están empeñados en seguir mejorando una plantilla ya de por sí con mucho potencial; entre los fichajes de Gorosabel y el ilusionante Djaló, la incorporación de chavales y una última operación que podría alegrar el agosto de todos los aficionados del club. Veremos si lo consiguen o no, iremos haciendo caso a las señales.
La ilusión en la parroquia zurigorri no es una que se pueda fabricar con un par de fichajes y cinco noticias filtradas en portada. En nuestra afición (que no es de cartón piedra) la lealtad y el apoyo al equipo no se negocia; pero es cierto que cuando no hay ilusión de base, cuesta encontrarla antes de empezar la liga. En cuanto se encadenan un par de victorias, eso sí, no hay quien rebaje el pecho henchido de los athleticzales, que seguramente ya soñarían con un triplete y varias gabarras.
Si el año pasado se empezó perdiendo tras un final de temporada previo decepcionante; veremos cómo empieza el equipo esta liga 2024-25 habiendo completado la mejor temporada en lo que va de siglo. Las expectativas y las exigencias son altas; pero no por encima de lo que se le debe pedir al famoso Athletic Club. Con el tiempo veremos si lo vivido en la temporada de la primera gabarra del siglo se queda en anecdota o si se convertirá en la primera piedra de una nueva época dorada del equipo bilbaíno, como muchos aseguran. Lo que está claro es que pase lo que pase, allí estaremos los aficionados; apoyando con la ilusión de cuando fuimos niños y la certeza de que podemos seguir haciendo historia todos juntos.
Aurrera, mutilak!!
Javier Durán 
La zurda de Koikili