Qué significativa la forma en la que anunciaste tu retirada. Un lunes por la mañana, en semana de Champions, y tras toda la liturgia de celebración copera, para no acaparar el protagonismo. Humildad, trabajo, respeto, sacrifico, cortos se quedan los calificativos para describir a una leyenda del fútbol. Se nos va nuestro “Rulo”, se nos va Raúl García.
Más de 600 partidos en Liga te avalan. Un palmarés envidiable, con Copas, Supercopas, Europa Leagues, tan solo te faltó el colofón de la Champions League, donde una decisión técnica, te apartó de lo más alto. Además de un campeonato de Liga, donde fuiste fundamental para tu equipo.
No dejaste a nadie indiferente. Tan odiado, como querido, a veces incomprendido. Un dolor de muelas para árbitros, rivales y aficionados. Cuanta calidad y cuanto futbol en un jugador. Ese jugador, que tantas noches gloriosas dejaron por Madrid, Pamplona y Bilbao.
Nadie te puso las cosas fáciles, siendo un chaval (quién lo diría), fuiste partícipe directo del mejor Osasuna que se recuerda, de la mano de Javier Aguirre, al que abrazaste en señal de respeto y cariño tras conseguir tu bien merecida Copa. Ya en el Atlético, tuviste que volver a casa cedido, para posteriormente, hacerte un hueco en el mejor Atlético de Madrid de la historia. Siempre con los mejores, no es casualidad.

Por último, ya siendo un soldado curtido en mil batallas, recalaste en las filas de nuestro Athletic. Aún recuerdo, los comentarios sobre tu fichaje, pocos eran los que te querían en nuestra familia, la mayoría, no sabían lo que decían. Ni dos partidos te hicieron falta para meterte en el bolsillo a toda la afición de San Mamés. Y junto a tu fiel compañero Aduriz, nos regalasteis una época para el recuerdo. Conseguiste la Supercopa con tu “kuadrilla” de Bilbao, con aquella histórica semifinal frente al Real Madrid. Y finalmente, hace poco más de 10 días, marcaste el camino con ese primer penalti, para hacer feliz a la mejor afición del mundo.
Así es Raúl, el verdadero “a lo bajini”, quién nos dejará tras prácticamente una década como león. Gracias por todo, Rulo.