Los leones rompen la mala racha y acaban con una mano negra que impedía ganar en Mendizorroza desde aquel 18 de mayo de 2003
En una noche despejada en Vitoria, el Alavés ha recibido en la jornada 6 al Athletic Club de Bilbao en un emocionante encuentro que revivió una rivalidad centenaria. La expectación estaba en su punto más alto mientras los dos equipos se preparaban para el choque en el estadio de Mendizorroza. Como los aficionados se reunían en las gradas, sabían que estaban a punto de ser testigos de una batalla en la que la pasión, la historia y el orgullo estaban en juego.
Este encuentro comenzó con una intensidad palpable desde el silbatazo inicial. Ambos equipos buscaron la posesión y desataron ataques muy trabajados. La afición, dividida en su apoyo, creó una atmósfera impecable en el estadio. Cada pase, cada disparo, estaba lleno de significado y prometía más que unas pequeñas emociones.
Fue el Athletic Club quien rompió el empate en el marcador en la primera mitad del partido. Un pase magistral de Mikel Vesga encontró a Iñaki Williams, quien con sangre fría venció al portero rival con un remate preciso. El Alavés no se quedó atrás y luchó valientemente por igualar el marcador generando oportunidades, pero la defensa del Athletic Club liderada por Vivian y Paredes, demostró ser infranqueable. Cada intervención defensiva era un recordatorio de la determinación del Athletic por mantener su ventaja.
A medida que avanzaba el segundo tiempo, el Alavés intensifica sus esfuerzos ofensivos, pero el Athletic Club mostró su experiencia y solidez en la gestión del partido. Mientras el tiempo se agotaba, los leones aseguraron la victoria con un segundo gol, obra de Oihan Sancet, que sentenció el partido.
La victoria del Athletic Club no sólo consolidó su superioridad en los 90 minutos, sino que también demostró la calidad de plantilla y capacidad de competir a un alto nivel. Por otro lado, el Alavés, aunque luchó hasta el final, tuvo que conformarse con otro revés en este enfrentamiento tradicional.
El enfrentamiento entre el Alavés y el Athletic Club resultó en una victoria contundente por 0-2 para los leones. Esta victoria destacó la clara calidad en el terreno de juego el día de ayer. A pesar del esfuerzo del Alavés, el partido subrayó la persistencia de una tradición futbolística apasionante en el País Vasco, donde cada encuentro es más que solo un juego, es un capítulo de orgullo regional.
Javier Durán 
La zurda de Koikili