El Athletic Club vuelve a Europa siete años después. Lo hará con un nuevo formato y con ocho rivales, algunos de entidad, que devolverán a la Catedral a aquel lugar tan deseado por toda la parroquia rojiblanca. Una competición ilusionante a la que el Athletic llega con con las expectativas muy altas y con la condición de anfitrión, y es que la final se juega en Bilbao. Pero a la vez, los recuerdos de aquellas noches frías en San Mamés invaden a una afición ingenua ante una competición que no entiende de cuentos de hadas. Porque la fatídica final en Bucarest ya hace tiempo que quedó a un lado. Aquello si fue un cuento, aunque con un final de terror. Las ediciones venideras, con Ernesto Valverde y Ziganda a la cabeza, mostraron la cara y la cruz de lo que la Europa League puede llegar a ser.
Este año habrá cuatro partidos en San Mamés ante AZ Alkmaar, Slavia Praga, Elfsborg y Victoria Plzen además de cuatro encuentros a domicilio que incluyen visita a Roma, Ludogorets y dos turcos como Fenerbahce y Besiktas. Por ahora los pronósticos sitúan al cuadro de Valverde como uno principales equipos a batir. Y es que el nuevo formato de 36 equipos basado en una sola tabla clasificatoria permite a los ocho primeros clubes pasar de ronda directamente, mientras que del noveno al vigesimocuarto se verán obligados a enfrentarse de forma escalada en una eliminatoria preliminar antes de llegar a octavos.
Pero más allá de pronósticos, en Bilbao saben lo que es sufrir el mal de Europa un jueves por la noche. Por San Mamés han pasado equipos de todo tipo. Desde el Inter de Baku azerí hasta el poderoso Olympique de Marsella en dos ocasiones. Desde la última edición con Bielsa en el banquillo, que no fue la de la final, el Athletic ha disputado el torneo continental hasta en cuatro ocasiones. En la primera de ellas, de la mano de Valverde, el equipo llegaba tras caer en la fase de grupos de Champions. Fue un paso fugaz, y es que en dieciseisavos el Torino eliminó a los rojiblancos en un cruce repleto de goles. Porque tras empatar a dos en la ida, el feudo rojiblanco cayó por 2-3 en un encuentro marcado por la lluvia y en el que los goles de Iraola y De Marcos fueron insuficientes para frenar el vendaval ofensivo italiano.
15/16: Los malditos once metros
El primer periplo por Europa League del segundo Athletic de Valverde fue breve, pero aquella temporada nadie le quitará la gran noche de Champions vivida ante el Nápoles. Era un Athletic escudado por dos laterales de lujo como Iraola y De Marcos. Un centro del campo solido de la mano de San José y Beñat. Muniain se labraba su leyenda. Un joven Williams que cabalgaba como nadie. Y por supuesto, Aritz Aduriz como pieza fundamental. Un año después el equipo regresaba a Europa. Esta vez tocaban dos fases previas. Ante el Inter de Bakú (Azerbaiyan) el Athletic dejó la eliminatoria encarrilada en la ida. Pero en el playoff, el MSK Zilina (Eslovaquia) hizo sufrir a los vascos, que clasificaron gracias al valor doble de los goles fuera de casa.
Si bien en la fase de grupos el Athletic fue muy superior a Augsburgo, AZ Alkmaar y Partizan, los de Valverde no lo tuvieron nada fácil para superar rondas. Ante el Marsella la victoria a domicilio hizo bueno el empate en casa, mientras que contra el Valencia el valor doble de los goles volvió a salvar las castañas del fuego. El gol de Aritz Aduriz en Mestalla a asistencia de tacón de Raúl García permitió al Athletic llegar a cuartos de final. No fue menos Iago Herrerín, que pese a recibir dos goles sostuvo al equipo en el tramo final con una parada al mejor Paco Alcácer. Aquel año fue un gran año para el fútbol español en Europa, y como no, tenían que enfrentarse dos rivales de la liga en cuartos de final. Sevilla y Athletic se verían las caras a pocos metros de la línea de meta. Y menuda eliminatoria. Porque para el Athletic salió cruz, y al peor precio.
Dos partidos que se decidieron por detalles. Porque pese a anotar gol en la ida, el palo le frustró otro tanto a Aduriz. Muniain dejó una terrible acción que sirvió el empate en bandeja al Sevilla. Mientras que entre la defensa se coló un balón que Iborra no desaprovechó. El Sevilla de Unai Emery que acabaría ganando la Europa League. Pero por un momento se vio eliminado. Y es que en el encuentro de vuelta el Athletic sacó a relucir su mejor versión, y gracias al gran momento de forma de Aduriz y Raúl García el partido se marchó a la prórroga. Allí la tuvo Raúl. También el cuadro hispalense, que finalmente, y en la tanda de penaltis, se aprovechó del error de Beñat y alcanzó las semifinales para después alzarse con el trofeo en Basilea.
16/17: El Apoel de qué?
La dinámica europea del Athletic le devolvió una vez más a la competición tras quedar quinto en la tabla la anterior temporada a solo dos puntos de Champions. Con Ernesto en el banquillo y una plantilla consolidada, el equipo clasificó como segundo en la fase de grupos. Fue el año de aquel espectacular partido en San Mamés ante el Genk (Bélgica), donde Aritz Aduriz marcó cinco goles. Noche que aún no se olvida. Precisamente los belgas quedaron por delante del cuadro rojiblanco, que se antepuso a Sassuolo y Rapid de Viena. Pero el paso por Europa League de los vascos fue breve, y es que el Apoel de Nicosia (Chipre), eliminó al Athletic en dieciseisavos.
El partido de ida se disputó en San Mamés, y el resultado ya fue ajustado. Un 3-2 a favor del Athletic y con un gol de los chipriotas en el tramo final que a la postre seria decisivo. Y es que en el encuentro de vuelta, se impusieron 2-0 a un Athletic que no pudo remontar. Cinco meses sin ganar a domicilio, a lo que se le sumó la falta de eficacia, en el peor momento de la temporada para los de Valverde. Una realidad distinta para el otro español en la competición: el Celta. Los de Vigo alcanzaron la final, eliminando al Genk en semifinales. El Manchester United de José Mourinho levantó el título.
17/18: Ultras, Ocampos y Payet
Última temporada en Europa. Y quizá la peor de todas. Porque en verano, la marcha de Ernesto Valverde al Barcelona dio paso a la llegada de José Ángel Ziganda al banquillo. Lo había hecho bien llevando al filial a la Segunda División, sin embargo, el salto al primer equipo fue demasiado grande. Lo cierto es que el equipo alcanzó los octavos en Europa League, pero la decimosexta posición en liga y la humillante eliminación en Copa frente al Formentera dejaron al Athletic muy tocado. Y eso que la temporada no empezó nada mal eliminando sin problemas a Dinamo Bucarest y Panathinaikos para llegar a la fase de grupos.
En fase de grupos las cosas siguieron de cara para el Athletic. Primeros y empatados a puntos con el Östersunds, Hertha y Zorya apenas tuvieron opciones. Eso sí, de la visita del Zorya Luganks a San Mamés se recuerda la lesión de gravedad de Muniain y la exhibición de un desconocido Lunin. Pero aquella edición, si por algo se recuerdo fue por la cantidad de ultras que pasaron por Bilbao. Primero los de un Spartak de Moscú que cayó eliminado por los vascos. Luego los del Marsella, que protagonizaron batallas campales en el ‘botxo’. Los franceses, liderdos por Ocampos y Payet, acabaron con la aventura europea de un Athletic que ya no estaba para esos trotes. Fue la última vez que las frías noches de Europa asomaron Bilbao. Pero siete años después, el Athletic y San Mamés se ilusionan con el regreso de la competición.
Imágenes de Getty Images.